2017-01-27

Ciencia y Religión: Irreconciliables




Hace unos días tuve la fortuna de dar una plática sobre la (in)compatibilidad de la ciencia y la religión en el Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de la Universidad de Guadalajara. Dentro de una alineación de científicos y divulgadores de distintas disciplinas invitados para los Viernes de Ciencia, yo fui el primer expositor del año y elegí el tema más provocativo, aunque a mí me parece relativamente sencillo. Decidí que, si presentaba algo más moderado y nunca me volvieran a invitar, habría desperdiciado la oportunidad de hablar de algo más impactante y, creo yo, más importante. Entonces, cuando el organizador de las pláticas me invitó, decidí desquitar la ocasión lo mejor que pude.

Lo siguiente es una versión escrita de mi exposición, básicamente transcrita diapositiva por diapositva. Procuré utilizar una referencia para cada dato que presenté, y un artículo en internet se presta más para compartir estos datos de manera más práctica que escribirlos en letras chiquitas que la gente debe leer en el proyector. Además, tengo la ventaja al escribir de que puedo pensar mejor lo que voy a decir y no tropezarme con mis propias palabras. Si prefieren una versión en video/audio de la charla, al final de este texto la encontrarán también.

Antes de empezar, siento que debo aprovechar para hacer algunos comentarios post-mortem sobre la plática. Primero, los organizadores (en particular el Dr. Alejandro Márquez Lugo) merecen reconocimiento por dar difusión al ciclo de pláticas como no había visto antes en los Viernes de Ciencia. De hecho, la combinación de este esfuerzo junto con el atractivo del tema provocó que, lamentablemente, mucha gente no alcanzara lugar en el auditorio y se quedaran afuera o se fueran (este texto es en parte una forma de compensación por ello). Segundo, el público fue sumamente receptivo y, por un sondeo que hice al principio, estaba muy dividido entre creyentes y no creyentes, así como compatibilistas y no compatibilistas. Dije cosas que estoy seguro muchos nunca habían oído decir antes, o al menos no en voz alta frente a un público dividido. Aún con la polarización, el ambiente fue relajado y cordial, y algunos hasta se rieron de mis malos chistes. La (breve) sesión de preguntas también fue completamente civil, lo que habla bien de la calidad discursiva de los asistentes. Finalmente, aunque no tengo ilusiones de haber persuadido a muchos asistentes, quedo tranquilo de al menos no haber hecho daño a la causa.

La dificultad inherente de la ciencia

Introducción


Para empezar, quisiera dejar en claro a qué me voy a referir por ciencia y religión en lo que sigue. Para propósitos prácticos y de neutralidad, adopté las siguientes definiciones del diccionario de la RAE:
  • Ciencia: Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.
  • Religión: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
  • Compatibilidad: Dicho de una persona o de una cosa: Que puede estar, funcionar o coexistir sin impedimento con otra.
Inmediatamente saltan a la vista las zonas de conflicto: el razonamiento contra el dogma; lo comprobable con lo divino; la coexistencia y los impedimentos. Basándome solamente en las definiciones, yo diría que los argumentos a favor de la compatiblidad entre ciencia y religión tienen una barrera muy alta que superar: esta barrera es lo obvio.

Antes de presentar los argumentos que intentan superar esta barrera (y refutarlos), quisiera hacer un breve recuento de ejemplos representativos de ciencia y religión en oposición directa:
Giordano Bruno
  • Giordano Bruno: Abogó por un copernicanismo más general proponiendo que las estrellas eran soles distantes que pudieran tener sus propios mundos, y que si el universo fuera infinito no tendría sentido hablar de que tuviera un centro.  Hoy cada una de esas ideas es científicamente trivial, pero él murió quemado en la hoguera por decirlas y rechazar retractarse.
  • Galileo Galilei: Quizá el ejemplo más famoso, continuó la expansión del modelo de Copérnico pero agregando también, crucialmente, la observación de los astros. A diferencia del énfasis que había antes en tratar de describir la realidad a priori mediante la reflexión y la teología, Galileo se tomó la molestia de voltear a ver la realidad en vez de solo pensar sobre ella. En respuesta, fue condenado a arresto domiciliario por la misma iglesia que quemó antes a Bruno.
  • Charles Darwin/Evolución: el núcleo de la biología es la idea más corrosiva que ha habido para las religiones, pues demuestra cómo las especies descienden de un ancestro común y explica los mecanismos para ello en términos completamente naturales. Antes de Darwin, inclusive los ateos más convencidos dudaban al ser cuestionados sobre el origen del (aparente) diseño de las especies. Desde entonces, las alternativas sobrenaturales se han quedado mordiendo el polvo con cada fósil y cada secuencia de ADN secuenciada.
  • Mormonismo: de tantos ejemplos de ideas absurdas propuestas por religiones y directamente contradecidas por la ciencia, creo que este es el más sobresaliente. Los pueblos indígenas de las Américas cruzaron por el estrecho de Bering, resultando en la ya comprobada descendencia asiática de los indígenas americanos. Esto no lo supo el charlatán Joseph Smith cuando formó su propia religión a mediados del siglo XIX y se le hizo fácil proclamar que se le había revelado que los indígenas eran descendientes de una tribu perdida de Israel. A partir de ahí, la idiotez del mormonismo solamente aumenta.
    Cristo visitando a los Mayas (clic para agrandar).
  • Agregado a esto están muchos conocidos debates sociales donde los expertos y los creyentes chocan: matrimonio igualitario, aborto, eutanasia, terapias de fertilización, anticonceptivos, etcétera.


El Contexto de Nuestro Punto de Partida


¿Por qué es que constantemente debemos tener este debate entre ciencia y religión si no hay conflicto? ¿Existe algún debate acerca de la compatibilidad de la religión y, digamos, el deporte o la contaduría? ¿Qué está pasando en las siguientes estadísticas, si no hay ningún problema?

Creencia en Dios (Estados Unidos)
EUA Público Científicos Cient. Élite NAS
Creyentes 83% 33% 23% 7%
Ateos 4% 41% 62% 93%

O en México, cuando el INEGI le pidió su respuesta a la gente a las siguientes declaraciones:

Confiamos demasiado en la fe y muy poco en la ciencia.
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo No sabe
13.0% 59.6% 24.2% 1.3% 1.9%

Y acerca de la evolución:

Todo ser vivo, incluyendo al ser humano, ha evolucionado mediante un proceso de selección natural
23.12%
Todas las especies de seres vivos fueron creadas por un ser supremo33.88%
Ambas son válidas38.86%
Ninguna es válida0.02%
No sabe0.02%
(Ambas tablas vienen de aquí: Encuesta Nacional Sobre Percepción de Ciencia y Tecnología 2011)

En la primer tabla, podemos ver cómo el grado de religiosidad disminuye drásticamente entre los científicos comparado con la población en general en Estados Unidos. ¡En la Academia Nacional de Ciencias (NAS) la proporción de creyentes a no creyentes es prácticamente la inversa de lo que es a nivel general! No conozco estudios como este hechos para científicos en México, pero me imagino un efecto similar. En cuanto a lo que sí pude encontrar en el INEGI, los mexicanos parecen estar divididos en su parecer acerca de la importancia de la ciencia comparada con la fe. Sin embargo, hay un porcentaje importante de personas (72.6%) que concuerdan con que hay que hacer más caso a la ciencia pero, cuando se trata de la ciencia más establecida (como la evolución) la gente que la acepta tal como es baja hasta 23.12%.

Simplemente por las definiciones de ciencia y religión en conjunto con las estadísticas mencionadas arriba, los argumentos a favor de la compatibilidad ya tienen un trabajo difícil. Deben demostrar que los casos paradigmáticos de conflicto que presento en realidad no lo son, o que son excepciones a una realidad más grande que ellos. A continuación presento cuatro argumentos típicos para tratar de reconciliar la ciencia y la religión, así como las fallas en cada uno de ellos.

Argumento #1: Científicos religiosos


Por mucho, este es el argumento más usado para reconciliar fe y ciencia. También es el más perezoso de todos y el más fácil de refutar. Ocurre en alguna forma equivalente a lo siguiente:
La existencia de científicos religiosos demuestra que la ciencia es compatible con la religión.
Francis Collins
Yo mismo puedo dar docenas de ejemplos de científicos, actuales y del pasado, que se encuentran dentro del espectro que pudiéramos llamar creyentes. Dos ejemplos contemporáneos son Francis Collins e Ian Hutchinson. El primero fue director del Instituto Nacional de Salud (NIH en inglés) en Estados Unidos, y antes de eso dirigió el proyecto para secuenciar el genoma humano completo, terminando antes de tiempo y con presupuesto de sobra. El segundo es un físico nuclear, autor y profesor en el Massachussetts Institute of Technology (MIT). Ambos son científicos altamente competentes y, en este caso, cristianos evangélicos.

¿Por qué es este un argumento tan malo? En primer lugar, que ideas o maneras de actuar distintas existan en una sola persona no es señal de la compatibilidad de las mismas, sino de la capacidad de las personas de tener un pensar y actuar seccionado y/o inconsistente. Hay doctores que fuman y profesores de educación física que están obesos por la misma razón. La coexistencia de ideas antagónicas en una persona indica la capacidad de la gente de ser inconsistente, no que las ideas realmente sean compatibles.

Un punto adicional en este argumento que quisiera mencionar es que muchas veces los científicos supuestamente creyentes se adhieren a una visión radicalmente distinta a la de la mayoría de los religiosos. Einstein, por ejemplo, es continuamente citado como un científico creyente, a pesar de haber definido su 'religión' como una sensación de asombro ante el orden y majestuosidad de la naturaleza, a veces conocido como 'panteísmo científico'. En unas ocasiones se distanció del ateísmo, mientras que en otras se definió claramente como ateo o agnóstico. En fin, usarlo como ejemplo de un científico creyente es dudoso en cualquier caso. Dejo el siguiente fragmento de una de sus cartas, respondiendo a un chisme de que un sacerdote jesuita lo había convertido al catolicismo:
Nunca he hablado con un sacerdote jesuita y estoy asombrado por la audacia de decir tales mentiras sobre mí. Para lo que entiende un sacerdote jesuita soy, y siempre he sido, por supuesto, ateo.

Brian, Denis (1996). Einstein: A Life. New York: J. Wiley, p. 344. Einstein's Letter of 2 July 1945
Albert Einstein

Argumento #2: NOMA


Un argumento que hace un poco más de esfuerzo que el anterior y que es el favorito de gente más sofisticada es el NOMA, propuesto por Stephen Jay Gould. Curiosamente, Gould era un biólogo marxista y agnóstico militante, pero en su libro Rocks of Ages (1999) le dio un aire formal a la idea de que la ciencia y la religión son Non-Overlapping Magisteria, o Magisterios que no se Empalman (y que por lo tanto pueden coexistir):

Stephen Jay Gould
La ciencia y la religión son magisterios que no se empalman. Mientras que la ciencia trata con el mundo físico, la religión trata con lo sobrenatural y lo moral.
Una versión alternativa de este argumento es la acusación de cientificismo, que es la idea de que la ciencia tiene límites y no debe salirse de ellos:
La ciencia no puede investigar lo sobrenatural. La ciencia tiene sus límites y si se pasa eso es cientificismo.
Lamentablemente, Gould, que fue él mismo un gran comunicador de la ciencia y en especial de la evolución, murió relativamente joven en 2002; hubiera sido fascinante ver cómo hubiera reaccionado a lo que hoy se dice de su NOMA:

Las religiones tácitamente no creen en NOMA, pues hacen declaraciones acerca del mundo real y no solamente acerca de metáforas sobrenaturales (recuérdese el ejemplo del mormonismo para un ejemplo claro). Aún si la ciencia tuviera los límites que Gould implica que tiene, la religión es la que continuamente los rebasa para hacer declaraciones acerca del aquí y ahora (yo agregaría que la mayoría de las religiones corrompen la ética y la moral también, pero ese es otro artículo).

Además, las acusaciones de cientificismo son vacías cuando se considera la reacción que tendrían las religiones si, digamos, algún descubrimiento científico confirmara alguno de sus milagros o dogmas. ¿Se imaginan a un clérigo diciéndo "A ver tú, científico, vete para allá, no andes demostrando nuestra religión con tus métodos, eso es cientificismo"? En palabras del filósofo Daniel Dennett, cientificismo es solamente un insulto para la ciencia que no te gusta.

Gould, además, convenientemente definió a la religión como lo que no es ciencia (no como las definiciones de arriba) y pues entonces NOMA es cierto por tautología. ¿Cómo reaccionaría un creyente si Gould le dijera que su religión no trata del mundo real?

*   *   *

Quisiera abundar en esta visión de que la ciencia no puede poner a prueba a la religión por un momento, porque está profundamente equivocada. Si la religión hace declaraciones acerca de fenómenos que ocurren en el mundo real, pues podríamos detectarlos. Si no fuera así, ¿cómo distinguir entre las cosas que existen pero no se manifiestan, y las cosas que simplemente no existen? Cuando las religiones afirman que hay fuerzas sobrenaturales en acción, implícitamente están diciendo que nuestra física está incompleta, pues supuestamente estas fuerzas actúan en el mundo físico. Pero nunca nos dicen cómo, ni pueden apuntar a las fallas en nuestras ciencias (las fallas están ahí, claro, pero no tienen nada que ver con lo sobrenatural; más sobre esto abajo).

Consideremos el ejemplo de la oración como una manera eficaz de afectar el mundo, supuestamente para bien. En 2006, un equipo de investigadores de Harvard le tomó la palabra a los creyentes y llevó a cabo el Estudio de los Efectos Terapéuticos de la Oración Intercesional, en el que hicieron lo siguiente: siguieron la evolución de pacientes de cirugía de bypass coronario en tres grupos distintos de 600 pacientes cada uno, y asignaron voluntarios para que pidieran por la salud de pacientes de dos de los grupos durante 14 días, dejando solamente un grupo sin oración. De los dos grupos que sí recibieron oraciones, solamente a un grupo se le notificó de esto. Los pacientes fueron monitoreados por 30 días para detectar complicaciones y/o muertes de los pacientes y no hubo diferencia alguna entre los tres grupos —¡salvo una leve tendencia a la baja en los pacientes del grupo que sabía que estaban rezando por ellos! Los investigadores mencionan que, posiblemente, los pacientes que no se mejoran pronto o muestran complicaciones se sienten desmotivados al pensar que dios es justo y quizá no merecen mejorar, a pesar de las oraciones a su favor.  La referencia para este estudio es:

Benson, H. et al., 2006. “Study of the Therapeutic Effects of Intercessory Prayer (STEP) in cardiac bypass patients: A multicenter randomized trial of uncertainty and certainty of receiving intercessory prayer ”, American Heart Journal, 151:934-42. PDF aquí.

Lo que no se puede detectar y lo que no existe se parecen mucho.

*   *   *


Otro ejemplo provechoso de la religión invadiendo el territorio de la ciencia (entiéndase, la realidad) es el de Adán y Eva. Sí, sé que se ha hablado de este tema muchas veces, pero a mi juicio no se le ha sacado el provecho que se podría. Usualmente el debate termina cuando se menciona la evolución, el decenso de todas las especies a partir de un ancestro común, la población mínima de 12,000 humanos hace unos 100,000 años y la relegación de Adán y Eva al mundo meramente simbólico, lo que muchos creyentes (¡ojo que no todos!) son felices de conceder. Pero esto presenta más dificultades de las que inclusive los creyentes más moderados y conciliadores están dispuestos a admitir. Por ejemplo, aún sabiendo todo la anterior, la postura oficial de la Iglesia Católica es que Adán y Eva fueron gente real de algún modo u otro, a pesar de que supuestamente también acepta la evolución (muchos cristianos protestantes también insisten en Adán y Eva, así como casi todos los musulmanes).  Algunas preguntas incómodas que se se me ocurre hacerle a estas personas son:

En el caso de que no hubiera otros humanos, ¿con quiénes se casaron los hijos de Adán y Eva (Caín, Abel y Set todos eran varones)? Si había otros humanos y Adán y Eva fueron especiales o representativos, ¿con qué criterio se les seleccionó a ellos y no a otros, o a todos? Si Adán y Eva descendieron de especies anteriores, ¿el pecado evolucionó junto con ellos? Si es asi, ¿hay una base genética para el pecado? Si no, ¿Dios lo puso ahí a propósito en algún momento con magia, para complicar las cosas? ¿El libre albedrío con el que supuestamente pecaron evolucionó, y presumiblemente otros animales lo poseen también? ¿Los neandertales también pecaban? ¿Cómo se distribuyó el pecado en la población después de que apareció, si no estaba antes y no es genético? ¿Adán y Eva son metáfora? ¿Entonces Cristo murió por una metáfora? ¿Cristo es metáfora también? ¿Cuál es el criterio para decir qué es metáfora y qué no? Si ya tengo el criterio, ¿para qué quiero la metáfora? ¿Y una metáfora representando qué? ¿Cómo distingo una metáfora de algo meramente inventado sin pensar muy bien, o de algo inventado de forma puramente mitológica desde el principio?

Argumento #3: ¿Relativismo al rescate?


Los argumentos anteriores cubren la mayor parte de los intentos de reconciliar la ciencia y la religión, pero algunas veces los creyentes recurren a tácticas más desesperadas, como simplemente afirmar alguna versión de relativismo como la siguiente:
La ciencia y la religión llegan a distintos tipos de conocimiento de distintas maneras.
A pesar de que no es el argumento más usado, es el que revela dónde está el problema para empezar: no poder distinguir entre conocimiento y superstición. Creo que esta parte del ensayo es la más nutritiva y tiene aplicaciones mucho más allá del tema inmediato.

Conocimiento, para 99.99% de las discusiones que se pudieran tener al respecto, es algo equivalente a creencia justificada y cierta (el 0.01% restante se refiere a los casos de Gettier, pero eso es todo otro artículo y no nos concierne aquí). Uno pudiera preguntarse si hay mejores y peores maneras de llegar al conocimiento. Por ejemplo, si quisiera saber qué hora es, pudiera: 1) ver mi reloj, 2) aplicar trigonometría a las sombras proyectadas por el Sol para deducir la hora 3) lanzar dados, 4) divinar cartas, 5) preguntarle a mi mascota, 5) [ya entendieron el punto].

La ciencia busca el conocimiento a base de un método lógico-deductivo anclado a la evidencia. Procede por la eliminación de ideas que no describen correctamente a la realidad, acumula datos y mejora las explicaciones de esos datos que sí funcionan y luego busca aún más. La religión, por contraste, utiliza la fe. Yo definiría la fe como creer a pesar de lo que indica la razón pero, para no ser acusado de inventar definiciones a mi conveniencia, las tomaré de otro lado:
1. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)
2. Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. (Juan 20:29)
(El énfasis arriba es mío. Para una discusión muy extensa de la fe, véase aquí.) Para terminar pronto, la parte justificada del conocimiento, y que es en la que pone más énfasis la ciencia, está directamente contrapuesta a la parte de no ver en la fe. Es por esto que la fe actúa como una epistemología corrupta, es decir, una teoría del conocimiento fallida.

La fe no es un camino confiable para llegar al conocimiento, pues lo que un creyente afirma en base de la fe puede ser refutado por otro de la misma manera. Como ejemplo, pueden considerar la creencia musulmana de que Mahoma fue el último profeta (murió en 632) con la creencia mormona de que Joseph Smith fue un profeta también (nació en 1805). Estas dos declaraciones no pueden ser ciertas al mismo tiempo y cualquiera lo puede lo ver. Si ambas son sustanciadas en base a la fe (¿y cómo pudieran serlo si no?) no hay manera de decidir quién tiene razón. La fe no es confiable.

Peter Boghossian
En palabras del filósofo Peter Boghossian, tener fe es dar por hecho que sabes cosas que no sabes. Eso es deshonesto y, por lo tanto, no es una virtud. Si tienen duda de que los creyentes usan la fe como una forma de conocimiento, consideren sustituir otros significados de la palabra en una proclamación religiosa, como lo siguiente:

Nos gusta pensar que Dios existe. Si todo sale bien, habrá mandado a su Hijo a morir por nuestros pecados. Ojalá algún día esto resulte para nosotros, si entendimos bien, en la vida eterna.

No es lo mismo, ¿verdad? Es decir, cuando alguien dice que tiene fe en algo, está diciendo que se conduce como si supiera que es cierto. El punto es que, como la fe deliberadamente omite la justificación (y ciertamente omite la parte de comprobar que sea cierto lo que se cree) conduce a creencias erróneas que no son conocimiento.

Argumento #4: La Ciencia como otra religión

Todos tienen fe en algo, incluso los científicos. La ciencia es solo otra religión.
Para cuando se usa este argumento usualmente el compatibilista ya ha admitido su derrota, pero vale la pena discutirlo también para ilustrar algunas peculiaridades del pensamiento supersticioso. Primero, se comete la falacia tu quoque, en la que básicamente se concede el argumento pero cambiando de tema, específicamente, a acusar a quien lo hace de ser hipócrita. En este caso, la religión (implícitamente) admite que sus métodos son espurios, pero culpa a la ciencia de hacer lo mismo (¿no que la fe era una virtud?). Basta con ver las definiciones al principio de este ensayo, así como la discusión de la fe arriba, para ver que esta es una acusación ridícula.

La ciencia admite incertidumbre como parte de su método, pero eso es muy distinto a decir que todas las respuestas a una pregunta dada se admitan por igual, por más absurdas que sean. No hay "distintas maneras" de saber: solamente hay saber y no saber. 

"[Entonces ocurre un milagro...]"
"Creo que debes ser más explícito aquí en el paso dos."
Cuando los científicos hacen ciencia, proceden como ateos aunque no lo sean. En la ciencia la fe es algo a evitar, precisamente porque se busca una justificación rigurosa para todo (y de preferencia que pueda comprobarse mediante un experimento). El éxito de la ciencia para entender el mundo se debe explícitamente a que no pretende saber cosas que no sabe y permite la corrección de errores.

La Ciencia Contraataca: Dios es una Mala Teoría


En la ciencia se busca crear explicaciones del mundo a partir de razonamiento y datos empíricos para, si todo sale bien, formular una teoría. En la ciencia, una teoría es una explicación de uno o varios fenómenos naturales, está bien sustanciada, verificada y es consistente consigo misma. No se usa la palabra como sinónimo de una mera especulación, sino como una abreviatura de "las ideas detrás de lo que se observa." Como ejemplo de este uso en otro dominio distinto al de la ciencia, considere el hecho de que los alumnos de música en un conservatorio llevan materias "teóricas" como solfeo, análisis de formas, armonía y contrapunto. ¿Significa esto que la música es una mera especulación? No, obviamente. Significa que hay maneras de abstraer la música y analizarla con papel, lápiz y cerebro. A eso es a lo que se refieren los nombres como Teoría del Big Bang, Teoría de la Evolución, Teoría Electromagnética, Teoría de la Relatividad y tantos otros más (¡como Teoría de la Música!).

Bien, pues la religión es—por mucho—una mala teoría en todos los sentidos. Pretende ser una explicación del mundo, pero no está bien definida, ni es autoconsistente, ni tiene métodos de control de calidad, ni tampoco tiene manera de demostrar que posee o genera conocimiento que no se tendría de no ser por ella. Como ejemplo de este fracaso de la religión como teoría, quisiera usar otro ejemplo conocido que creo que no ha sido tan bien aprovechado como debería.


Dependiendo de la religión, el concepto de la omnipotencia de Dios es más o menos prominente (algunas religiones politeístas no lo usan prácticamente para nada, pero en el monoteísmo es una parte central). De nuevo de acuerdo a la RAE, la omnipotencia es el atributo exclusivo de Dios de poder hacer cualquier cosa. Si dejamos la omnipotencia definida solamente hasta ahí, podemos hacer todo tipo de sabotajes lógicos para demostrar su incoherencia:

¿Puede Dios hacer un burrito tan caliente que ni siquiera Él se lo pueda comer?

Si la respuesta es sí, Dios no es omnipotente porque no se puede comer el burrito; si no, entonces no es omnipotente porque no puede hacerlo. De cualquier manera, al menos en una primera aproximación, la omnipotencia como concepto nace muerta. Ahora, este es un juego retórico que ateos y teólogos han estado jugando desde hace mucho, y estos últimos han concordado una respuesta estándar, que usualmente se presenta así:
Tu falta de sofisticación es evidente. Dios tiene más atributos además de la omnipotencia, como la perfección, la lógica y el orden [citation needed]. No está en la naturaleza de Dios hacer cosas absurdas o ilógicas, como círculos cuadrados, subir para abajo, o tus tontos burritos.
Haciendo a un lado el ataque ad hominem que siempre va acompañado de esta respuesta (créanme, llevo mucho tiempo en esto) podemos tomarle la palabra a los teólogos y hacer aún más observaciones incómodas. Por ejemplo:

"Eso es un buen punto."
Si Dios no hace cosas ilógicas, entonces no hace milagros, pues ¿qué es un milagro sino una suspensión de la lógica? Si no hace círculos cuadrados, ¿cómo va a embarazar vírgenes o resucitar muertos? No es muy omnipotente un dios que siempre se queda dentro de lo que le marca la lógica. Eso hasta lo puedo hacer yo. Y la diversión apenas comienza: por ejemplo, ¿puede Dios dejar de ser omnipotente?

Después de esto, usualmente los teólogos regresan a las acusaciones y a cambiar de tema.

El punto es que los teólogos no pueden hacer demostraciones de su conocimiento porque no lo tienen, es decir, no saben más que los creyentes comunes. La teología se esconde tras una falsa sofisticación y una erudición espuria que no está basada en nada concreto. Claro, usan una redacción complicada (entiéndase oscurantista) y algunas palabras en latín o griego pero, cuando analizas sus argumentos con un diccionario y mucha paciencia, su "conocimiento" se evapora por completo. Ojo: los teólogos sí saben algunas cosas, como idiomas, historia (la que les conviene), filosofía (ídem), y hasta ciencia (también a conveniencia) ...el problema es que no saben de teología. En palabras del ex-ministro evangélico Dan Barker, los teólgos no estudian a Dios, sino que solamente estudian lo que otros teólogos han dicho acerca de Dios.

La teología está desnuda.

Razonar vs. Racionalizar



El método que usa la teología para llegar a su 'conocimiento' es, sin excepciones, la racionalización. En contraste con el razonamiento, que es el uso apropiado de la lógica para deducir conclusiones correctas a partir de premisas sólidas, la racionalización es la acción de comprometerse a una conclusión y defenderla a toda costa usando los argumentos a conveniencia. ¡Ojo que no tiene nada que ver con la inteligencia! De hecho, la gente más inteligente es la más hábil para racionalizar, porque se le ocurren más cosas para usar como pretextos lógicos. (Aunque aquí puse enlaces a Wikipedia, mi fuente favorita para todo que ver con lógica es el libro de Copi & Cohen, Introducción a la Lógica, que por obvias razones no voy a escanear para poner aquí.)

Todos somos suceptibles a la racionalización porque es cómoda y, para muchos efectos prácticos, funciona. El caso es que hay cuestiones en las que realmente deberíamos detenernos a pensar con más deliberación y rigor. La ciencia se protege de la racionalización mediante la revisión por pares, la comprobación de lo deducido con experimentos, críticas constantes por parte de colegas y competidores, y la promesa de hacerse famoso si se demuestra que los demás están equivocados. 

La religión no tiene esos métodos de protección. Cuando un cambio ocurre, es porque la religión reacciona a su entorno y frecuentemente resulta en la ramificación, porque no hay manera de resolver disputas que no tratan acerca del mundo real. En este sentido la religión cambia, pero no progresa.

Conclusiones


Mientras que es posible creer en la ciencia y la religión por igual como lo hace mucha gente, eso no dice nada de la compatibilidad de ambas. Más bien, es reflejo de la alta capacidad de las personas para racionalizar y escoger a conveniencia los argumentos que las hacen sentir más cómodas al navegar por el mundo. Pero la ciencia y la religión en sí no son reconciliables porque usan distintos métodos, llegan a distintas conclusiones, y son mutuamente exclusivas en ambos. No tiene por qué haber ningún tipo de diálogo constructivo entre ciencia y religión; más bien, como dice el biólogo Jerry Coyne, lo que se necesita es un monólogo destructivo, en el que la ciencia hable y la religión escuche y aprenda. La ciencia no es compatible con la religión porque el conocimiento no es compatible con la superstición.

Algunos lemas o mantras útiles para recordar:
  • Coexistencia no es lo mismo que Compatibilidad
  • Incertidumbre no es lo mismo que Relativismo
  • Tener fe es conducirte como si supieras cosas que no sabes
  • No hay distintas formas de saber, tan solo hay saber y no saber



Nota importante: no he dicho en ningún lado que la ciencia, entendida ingenuamente como Física, Química y Biología, más sus disciplinas derivadas, tenga un monopolio sobre el conocimiento. Estoy perfectamente contento de conceder que los historiadores, por ejemplo, poseen y generan conocimiento. Y es que ellos (al menos los buenos) usan métodos lógico-deductivos anclados a la evidencia, en un procedimiento general que se asemeja mucho a la ciencia. Por otro lado, la superstición abarca otras disciplinas aparte de la religión también, como el postmodernismo, la medicina alternativa y varias ideologías políticas, pero esos son artículos para otra ocasión.

Más Recursos


Libros :

Mis ejemplares de algunos de los libros mencionados.
Charlas y debates:

  • Sean Carroll (físico) vs. William Lane Craig (teólogo) debatiendo si la cosmología indica que Dios existe. Si se les hace que está parejo, les falta mucho por estudiar, porque es una masacre a favor de Carroll (> 2 hrs):
  • Tim Maudlin comentando sobre el debate anterior. Elocuente, claro y fulminante (1 hr):

  • Peter Boghossian sobre la fe y las mejores maneras de llegar al conocimiento (>1hr, incluye preguntas al final):

Sitios Web:
...y mi charla (¡debo hacer más ejercicio!):